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La familia de Pascual Duarte: teatro y cine

La obra de Camilo José Cela La familia de Pascual Duarteha tenido varias representaciones teatrales y fílmicas. En los últimos años Gerardo Malla ha llevado por varias ciudades españolas una versión teatral:

Aquí podéis ver algunas escenas:

Misma historia en diferente formato, en 1976 el director Ricardo Franco realizó Pascual Duarte, una película que era una versión de la novela de Cela. En su momento recibió muy buenas críticas, tanto en España como fuera.


Camilo José Cela – The Family of Pascual Duarte.

La película actualmente es bastante complicada de encontrar; te puedes hacer con ella en bibliotecas públicas y en algún momento estuvo colgada en internet, aunque no hemos conseguido volver a localizar. Si tenéis algún rastro de ella, no dudéis en dejarnos un comentario =)

Cela: falangista, genio, senador, bufón

Camilo José Cela fue durante muchas décadas parte y líder de la fauna patriótica. Y se comportaba como un 4×4 integral: poseedor del nóbel o senador (no electo), protagonizaba programas de prensa rosa o vídeos de primera con la misma comodidad que daba conferencias en universidades o escribía columnas periodísticas.

Durante la guerra Cela se alistó en el bando sublebado; más tarde publicó de manera activa en revistas falangistas, trabajó como censor y se mostraba dispuesto a hacer espía civil de la dictadura. Es difícil imaginar a un Cela joven, sin piel arrugada e incluso amable, del que el periódico ABC (de donde, por cierto, proceden todas las imágenes de este post) aseguraba que «casi nos fulmina con su clara y penetrante mirada céltica», en cuya misma página encontramos esta foto:

Vale, la calidad es bajísima, pero por ver a este Cela treintañero merece la pena. Aquí algunas otras imágenes de Celas algo atípicos:

Pero donde la farándula disfrutó con mayor intensidad a Camilo fue en la televisión. En ella nuestro querido escritor y payaso folclórico protagonizó momentos como estos:

http://www.youtube.com/watch?v=SPxUqICyd8Y

Y para terminar, os recomendamos un vídeo que mezcla literatura chusca, humor español del destape y sonetos:

Robustiano Cipotón
es un cachondo de Ronda
que desea verrionda
y eficaz
y pertinaz
la conducta del cojón.

¡Que Dios le oiga, compañero!
Que en este mundo de mierda
no hay cipote que se pierda
por pensar
y practicar
que joder es lo primero.

¡Ay, pija devota y pía,
brújula que del cojón
marcas la dulce sazón
calentura
y polla dura
que tan sólo el catre enfría.

Robustiano Cipotón
me la desea bravía.
¡Que Dios oiga todavía,
Robustiano,
fiel hermano,
los ruegos de tu oración!

Salut i força al canut,
se desea en Barcelona
y en Gerona y Tarragona
para el quilé
y el magué.
Y el calibre del mamut.

Como el pijo de Archidona,
¡cosa bona¡,
pide al cielo para usted
su compadre emocionado
y a follar aficionado,
Cela,
Camilo José
(de La Real Academia Española,
que contra lo que se dice,
mea sola).

La familia de Pascual Duarte en la prensa

Buscando en la Hemeroteca de ABC encontramos varios textos interesantes sobre La familia de Pascual Duarte. El primero es una noticia del 30 de diciembre de 1934. Recordemos que La familia de Pascual Duarte se publicaría 9 años después. El texto completo de la noticia sobre unos atracos es la siguiente:

Pero nos interesan las siguientes líneas:

«Detuvo al ladrón. Se llama Pascual Duarte, de veintinueve años, sindicalistas y de malos antecedentes». En 1934 Cela tenía 18 años. Las coincidencias son mayores si se tiene en cuenta esa teoría, apoyado por ejemplo por Ramón Buckley, de que el asesinato que no aparece en el libro pero sí en la dedicatoria del mismo Pascual Duarte («a la memoria del insigne patricio don Jesús González de la Riva, Conde de Torremejía, quien, al irlo a rematar aquél, le llamó Pascualillo y sonreía»), podría haber ocurrido durante los primeros días de la Guerra Civil en los que Pacual podría haber sido parte de un movimiento obrero que matase a ciertas personas de las clases altas, como por ejemplo Condes. En otras palabras: «de veintinueve años, sindicalistas y de malos antecedentes».

Yéndonos a un plano más seguro, aquí tenéis la crítica literaria que le hicieron en el ABC a esta novela:

El siguiente es un texto del 16 de diciembre de 1955, donde el escritor Joaquín Montaner recoge dos momentos relacionados con el 98 y Cela. En primer lugar, Baroja da su opinión sobre La familia de Pascual Duarte (que ya adelantamos, no es buena); en segundo lugar, Cela defiende el 98 como un grupo más amplio que los clásicos nombres de sus principales representantes:

Por último, un anuncio de venta de libros en el que nos ofrecen La familia de Pascual Duarte por 35 pesetas (unos 21 céntimos de euro):

La familia de Pascual Duarte, Cela

Información básica:

Novela de 1942 sobre la familia y vida de un extremeño extremadamente violento, escrita por Camilo José Cela.

¿De qué habla?

El libro son las memorias de Pascual Duarte, quien las escribe desde la cárcel. Desde sus recuerdos infantiles (de su madre recuerda que «era poco amiga del agua, tan poco que si he de decir la verdad, en todos los años de su vida que yo conocí, no la vi lavarse más que en una ocasión en que mi padre la llamó borracha y ella quiso como demostrarle que no le daba miedo el agua») hasta sus intentos por fundar una familia, conoceremos a sus hermanos, sus padres, sus amores, sus animales o sus amistades del pueblo. Y todo marcado por una brutalidad y violencia similar a la que hoy en día practica en sus películas Quentin Tarantino.

¿Lo mejor?

El fuerte golpe que un burgués de derechas y afín al régimen lanza contra la imagen del país: con burlas a la iglesia, con un mensaje de que la familia está podrida desde dentro, con una violencia constante y a veces absurda que confronta la imagen de serenidad que la dictadura intenta proyectar.

¿Lo más difícil?

Uno de sus mayores intereses puede atragantarse. Aunque se suele decir que el comienzo de Pascual Duarte es «Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo», antes de llegar a esa frase el lector pasa por otros textos anteriores («Me parece que ha llegado la ocasión…», «Muy señor mío: Usted me dispensará…», «Cuarta: Ordeno que el paquete…») que pueden confundirlo.

Cela juega con nosotros y con el texto: hace como si las memorias de Pascual Duarte fuesen auténticas; alguien (que se llama a sí mismo «transcriptor») las habría encontrado en una farmacia, que de alguna manera llegaron allí después de que Joaquín Barrera López mandara quemarlo en su testamento (cosa que finalmente no ocurrió); y que a su vez él las recibió de Pascual, que por alguna razón se las envió a él.

¿Me lees algún trozo?

«Fue todo a coincidir con la muerte de mi padre, que si no hubiera sido tan trágica, a buen seguro movería a risa así pensada en frío. Dos días hacía que a mi padre lo teníamos encerrado en la alacena cuando Mario vino al mundo; le había mordido un perro rabioso, y aunque al principio parecía que libraba de rabiar, más tarde hubieron de acometerle unos tembleques que nos pusieron a todos sobre aviso. La señora Engracia nos enteró de que la mirada iba a hacer abortar a mi madre y, como el pobre no tenía arreglo, nos industriamos para encerrarlo con la ayuda de algunos vecinos y de tantas precauciones como pudimos, porque tiraba unos mordiscos que a más de uno hubiera arrancado un brazo de habérselo cogido; todavía me acuerdo con pena y con temor de aquellas horas… ¡Dios, y qué fuerza hubimos de hacer todos para reducirlo! Pateaba como un león, juraba que nos había de matar a todos, y tal fuego había en su mirar, que por seguro lo tengo que lo hubiera hecho si Dios lo hubiera permitido. Dos días hacía, digo, que encerrado lo tentamos, y tales voces daba y tales patadas arreaba sobre la puerta, que hubimos de apuntalar con unos maderos, que no me extraña que Mario, animado también por los gritos de la madre, viniera al mundo asustado y como lelo; mi padre acabó por callarse a la noche siguiente —que era la del día de Reyes—, y cuando fuimos a sacarlo pensando que había muerto, allí nos lo encontramos, arrimado contra el suelo y con un miedo en la cara que mismo parecía haber entrado en los infiernos. A mí me asustó un tanto que mi madre en vez de llorar, como esperaba, se riese, y no tuve más remedio que ahogar las lágrimas que quisieron asomarme cuando vi el cadáver, que tenía los ojos abiertos y llenos de sangre y la boca entreabierta con la lengua morada medio fuera.»

Otro fragmento:

«La perra seguía mirándome fija, como si no me hubiera visto nunca, como si fuese a culparme de algo de un momento a otro, y su mirada me calentaba la sangre de las venas de tal manera que se veía llegar el momento en que tuviese que entregarme; hacía calor, un calor espantoso, y mis ojos se entornaban dominados por el mirar, como un clavo, del animal.
Cogí la escopeta y disparé; volví a cargar y volví a disparar. La perra tenía una sangre oscura y pegajosa que se extendía poco a poco por la tierra.»

¿Donde lo consigo?

En cualquier sitio: bibliotecas, librerías, librerías de segunda mano… En cuanto a ebooks, es mucho más fácil encontrar una versión pirata en pdf o en epub (por ejemplo, entre la copia de seguridad de epub gratis que se encuentra en Papyrefb2) que una versión de pago.