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Leopoldo María Panero: otras miradas

Leopoldo María Panero es uno de los poetas que más interés ha causado en las últimas décadas. Quienes lo conocen destacan su enorme inteligencia y capacidad artística. Sin embargo al leer su obra se ve claramente que sus problemas psiquiátricos han interferido en su creación hasta hacerla incomprensible. Recordemos que El lugar del hijo, la obra que recomendamos este mes, fue una de las primeras recopilaciones de cuentos de Panero.

El año pasado la revista Jot Down publicó varios posts sobre los Panero y una entrevista reciente con Leopoldo María. Aquí van algunas citas de esa entrevista:

Yo creo en la verdad y en el Apocalipsis.

Leopoldo María Panero, 2012, Jotdown

Leopoldo María Panero, 2012, Jotdown

Soy peligroso por decir la verdad, y la verdad duele.

Quiero la libertad y largarme de este país de mierda. En España se puede mentir, robar y asesinar en nombre de Dios. ¡Pero ay de aquellos que meen en la calle!

Beber es lo que echo de menos. Beber, trasnochar y joder.

ETA es la verdadera y única oposición que hay contra el Gobierno.

Los tíos del cine están como cabras montesas. Jaime Chávarri oye voces.

Nacen Borbones, se crían bribones y se mueren bobones.

Otra manera de acercarse a Leopoldo María es leer otras partes de sus obras. Empecemos por Así se fundó Carnaby Street, un poemario publicado en 1970 y dedicada a los Rolling Stones:

El pomea del che, Leopoldo María Panero

«El pomea del che», Leopoldo María Panero

«La metamorfosis»

La tierra le dio su cálido abrazo. Por sus venas la sangre ya no fluía, no tenía alma, pero sí más fuerza que nunca. Quién sabe lo que ería. Un árbol o una roca. De vez en cuando el graznido de un cuervo en el bosque o un ruiseñor que se posaba silencioso sobre sus ramas. Cada dos o tres años el calor de un mano.

Leopoldo María Panero, Las brujas

Leopoldo María Panero, «Las brujas»

 

Contra España y otros poemas no de amor es un libro publicado en 1990 por la editorial Libros del egoísta.

Contra España y otros poemas no de amor

Contra España y otros poemas no de amor

 

Himno a la corona de España

Leopoldo María Panero

Leopoldo María Panero, «Himno a la corona de España»

 

Eta militarra

Tengo la costumbre de matar en la mano
en la mano y en los pies que se mueven
lentamente bajo la cúpula del cuerpo.
Hábil como un espectro recorro la ciudad
borracho como un vivo, sereno como un muerto,
y me asombro ante aquellos que viven.
Y me excitan sus labios sonrosados
cuando dicen «ven»
«ven a matarme ya que soy un espíritu».

La monja atea

La monja atea, Leopoldo María Panero

«La monja atea», Leopoldo María Panero

Peter Punk

Peter Punk, Leopoldo María Panero

Peter Punk, Leopoldo María Panero

El aullido de José de Arimatea

El aullido de José de Arimatea, Leopoldo María Panero

«El aullido de José de Arimatea», Leopoldo María Panero

Por último, y no sobre Leopoldo pero sí sobre los Panero, vamos a escuchar la canción de Nacho Vegas «El hombre que casi conoció a Michi Panero». En mi opinión recoge muy bien ese sector de la cultura española entre lo marginal y la cultura de masas, la decadencia bohemia y el lirismo urbanita, en el que también se puede introducir a Leopoldo María.

El lugar del hijo, Leopoldo María Panero

Información básica:
El lugar del hijo es una colección de cuentos de Leopoldo María Panero, publicada en 1979.

¿De qué habla?

Cubierta de Cuentos completos, de Leopoldo María Panero

Cubierta de Cuentos completos, de Leopoldo María Panero, con su fotografía

Son cuestos fantásticos y de terror sobre la relación entre los padres y los hijos. Cada cuento nos llevará a una región diferente: Italia, Inglaterra, Brasil, Noruega, India o Estados Unidos —cada lugar unido a sus mitologías y criaturas. En unos aparecerá el alcohol, en otros las drogas, en casi todos la locura. Pero el verdadero hilo conductor de todo el libro es el terror, la aparición de lo fantástico y la violencia entre padres e hijos.

¿Lo mejor?
Aunque casi todos los cuentos mantienen una cohesión intensa —es decir, acaban por ser en parte predicibles—, Luis María Panero no deja de sorprendernos con tramas rizadas. En ello colabora la mezcla de distintas tradiciones míticas pinceladas con inteligencia, sutilidad y elementos postmodernos.
Otro aspecto interesante es la intertextualidad o metaliteratura: a los que el libro les haya picado la curiosidad, Panero lanza una buena cantidad de cabos de los que tirar: Huysmans (¡de nuevo!), Poe, Andreiev, Basílides, Fitz-James O’Brien…

Saturno devorando a su hijo, de Goya, podría ser una perfecta cubierta

Saturno devorando a su hijo, de Goya, podría ser una perfecta cubierta

¿Lo más difícil?
Es un libro oscuro, descarnado y violento, que resulta aún más desalmado por las relaciones paternofiliales. Quien lo lea debe poder aguantar estos temas.
Otro aspecto que puede dificultar la lectura es la longitud de muchas oraciones y párrafos. Aunque se observan cambios de estilos en los narradores, muchos de ellos tienden a la cadencia larga y lenta.
Por último, algunas narraciones no están realmente terminadas, y se presentan como «proyectos» o «no terminados». Algunos merecen la pena (por ejemplo «Acéfalo»), otros no.

¿Me lees un trozo?

El único objeto visible en aquella zona era una aleta negra y cortante, tan delgada como la hoja de un cortaplumas, que partía en dos las aguas tranquilas con un movimiento lento y uniforme. Ni el más preciso de los instrumentos quirúrgicos se han abierto paso jamás en la carne humana con una serenidad tan silenciosa y cruel. No hubo necesidad del grito «¡El tiburón! ¡El tiburón!» para darnos cuenta de lo que ocurría. En un segundo surgió en nuestro ojo interior la imagen viviente de aquel monstruo invisible y de su profunda garganta provista de una doble hilera de colmillos. En aquel momento, tres zambullidores se encontraban en el fondo de las aguas, mientras que, por encima de ellos, estaba suspendida esa implacable encarnación de la muerte. Mi esposa palideció y me apretó convulsivamente la mano. Instintivamente extendí la otra para coger mi puñal indio, un pequeño puñal que me había regalado mi mujer. Pero, de pronto, un grito de indescriptible angustia lanzado por el ayah resonó en mis oídos. Volví al cabeza con un movimiento tan vivo como el del relámpago y pude verla, con los brazos vacíos, inclinada sobre la borda al tiempo que, en el mar sereno ¡percibía un rostro minúsculo, envuelto en telas blancas, que se hundía más y más!

Firmas de Urbain Grandier y los 7 diablos

Firmas de Urbain Grandier y los 7 diablos, incluida el demonio marino (arriba a la derecha)

Otro más:

Algunos cerdos —que eran la primera y principal posesión animal de los vikings de mi ciudad— comenzaron un día a vomitar con gran ruido, produciendo con sus abruptas náuseas un murmullo en cierta medida amenazante, puesto que invitaba a todo el que lo oía a vomitar a su vez; algunas vírgenes —que eran para los hombres de Amlodi algo muy semejante también a un animal doméstico y a una propiedad privada—, las cuales dormían, como era costumbre, solas en alcobas cuya puerta cerraba al anochecer siempre su padre, con la misma llave, padecieron una extraña vergüenza: en el momento en que acababan de acostarse, y habían lanzado ya un suspiro de placer sensual ante el roce de las sábanas frías, notaron de pronto una sensación terriblemente singular, algo así como si un ácido corroyera la plata de sus largas cabelleras, o incluso escogiera la carne semi-muerta que había en su fundamento: de manera que, levantándose de un salto, fueron enseguida a mirarse al espejo, y allí comprobaron con ese espanto que produce la certeza de todo símbolo privado socialmente del estatuto de verdad, que sus pelos hasta entonces primaverales y suaves como agua de vida, se habían vuelto canosos, tremendamente blancos.

Rotifera vulgaris, aparece en "La visión"

Rotifera vulgaris, aparece en «La visión»

¿Donde lo consigo?

Aunque no se encuentra en cualquier librería ni biblioteca, no debería ser imposible encontrarlo en buenas bibliotecas, librerías especializadas o grandes librerías como Fnac o Casa del Libro.

El libro además se encuentra editado en la colección de Cuentos completos de Leopoldo María Panero (cuya cubierta tenéis más arriba). En este volumen se recogen otros libros publicados por el autor como Palabras de un asesino y Cuentos dispersos. De estos libros recomendamos el cuento «La luz inmóvil», y, en menor medida, «La substancia de la muerte». El resto de cuentos de estas obras resultan entre incomprensibles y gratuitamente sádicos.