La metamorfosis, cómic de Peter Kuper

Autoretrato de Peter Kuper

Autoretrato de Peter Kuper

La semana pasada hablé de un corto de animación basado en el libro de este mes: La metamorfosis. Hoy quiero hablar de otra adaptación gráfica realizada por el estadounidense Peter Kuper. Se trata de un cómic que resulta una fidelísima versión del texto de Kafka. Las imágenes están realizadas en un más que apropiado blanco y negro con una estética que recuerda mucho a los linograbados.

Aquí van algunas imágenes del cómic:

Cubierta de la metamorfosis, adaptación de Peter Kuper

Cubierta de la metamorfosis, adaptación de Peter Kuper

Gregor se despierta

Gregor se despierta

Gregor intentando girarse en la cama

Gregor intentando girarse en la cama

 

"Diese kleinen roten Äpfel rollten wie elektrisiert auf dem Boden herum"

«Diese kleinen roten Äpfel rollten wie elektrisiert auf dem Boden herum»

En mi opinión estamos ante una de las mejores adaptaciones de una obra literaria al cómic, por varios motivos. En primer lugar, por su fidelidad al texto. Las adaptaciones gráficas las suelen realizar dibujantes, no escritores. De la misma manera que un escritor no puede enmendar un cuadro, no es lógico que lo contrario salga bien. Sin embargo nos encontramos en muchas ocasiones que no solo se modifica la estructura narrativa, sino que se modifica buena parte del argumento. Algunas adaptaciones, como la de Dorian Gray, realizada por Corominas, cuidan el aspecto visual pero acaban por destrozar el texto.

En segundo lugar, es una adaptación de enorme calidad por haber elegido una estética y unos recursos que encajan perfectamente no solo con el tema del original, sino también con el movimiento artístico en el que se encontraba Kafka, trayéndolo al siglo XXI. Para observar esto vamos a ver cómo representa Kuper los pensamientos de Samsa sobre su trabajo mientras está en la cama:

Pensamientos de Gregor sobre su trabajo

Pensamientos de Gregor sobre su trabajo

Ese tipo de exageraciones y escenas surrealistas como la del reloj o las palabras que salen del humo no solo encajan a la perfección con el cómic, también con las vanguardias europeas. Como vemos en muchos ejemplos, la imagen sobresale los límites de la viñeta, lo que también vuelve a destacar al carácter que la historia ocurra sobrepasando los límites, del cómic y de la realidad.

No solo el estilo de la imagen se acopla a lo que se está contando, también la disposición del texto. Cuadno Gregor aprende a escalar por las paredes, también lo hace el texto, que escala por paredes y techos de las viñetas:

Gregor y texto trepan

Gregor y texto trepan

El resultado final es uno de los mejores cómics que he leído (y por mis manos han pasado muchos) y la mejor adaptación al cómic de una obra literaria.

Corto de animación de La metamorfosis

La metamorfosis, por su duración, su estética y tema, es especialmente apropiada para transformarla en otras expresiones artísticas visuales. Esta vez quiero hablar de un corto de animación producido en Canadá donde se hace una más que interesante (y muy fiel) versión de La metamorfosis:

La metamorfosis

Información básica:

Novela corta (unas cuarenta páginas) escrita por Franz Kafka, ciudadano del Imperio Austro-Húngaro, nacido en Praga y germanohablante. El texto fue publicado en 1915.

¿De qué habla?

Die Verwandlung, la metamorfosis

Die Verwandlung, la metamorfosis

«Cuando Gregor Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto.» Así comienza el texto, con una inexpicable (y así quedará) transformación o metamorfosis. Hasta entonces Gregor había sido un joven que trabajaba de comercial en Praga, con un trabajo esclavizante, un jefe despreciable, unos padres y una hermana que dependen económicamente de él y una pequeña habitación. Desde esa mañana es una gigantesca cucaracha con diminutas patitas. El texto narra la respuesta de su ambiente a esa metamorfosis.

¿Lo mejor?
El texto es como una piedra preciosa traído de un lugar fantástico: un diamante de papel (o de tinta electrónica). Por inaugurar recursos que el resto de la literatura utilizaría posteriormente. Por hacer una descripción tan fantástica de un sentimiento tan corriente. Por hablarnos desde una región (la Praga germanohablante) que ya no existe.

Si no puedes comprarte joyas, leete La metamorfosis. Así sabrás mejor qué significa exactamente eso de «una situación kafkiana».

¿Lo más difícil?

Franz Kafka

Franz Kafka

El lector acostumbrado a una trama clásica o a historias realistas tiene que entrar en el texto desde otra perspectiva. Es uno de los textos más importantes de los últimos siglos. En primer lugar reinventa un tema literario clásico como es el de la metamorfosis. Pero más importante, con trazos expresionistas y motivos surrealistas, habla de los horrores de la vida burguesa o cosmopolita. Porque aunque no se hayan atestiguado transformaciones en cucarachas, la infelicidad de Gregor Samsa, la incomprensión de su familia o la ruindad laboral son muy reales.

¿Me lees un trozo?

El comienzo del texto es uno de los más conocidos, pero quizás no lo hayas leído nunca en alemán:

Als Gregor Samsa eines Morgens aus unruhigen Träumen erwachte, fand er sich in seinem Bett zu einem ungeheueren Ungeziefer verwandelt.

Ya que hemos leído la primera frase, vamos a leer el primer párrafo:

Estaba tumbado sobre su espalda dura, y en forma de caparazón y, al levantar un poco la cabeza veía un vientre abombado, parduzco, dividido por partes duras en forma de arco, sobre cuya protuberancia apenas podía mantenerse el cobertor, a punto ya de resbalar al suelo. Sus muchas patas, ridículamente pequeñas en comparación con el resto de su tamaño, le vibraban desamparadas ante los ojos.

«¿Qué me ha ocurrido?», pensó.

Dibujos hechos por Kafka

Dibujos hechos por Kafka

Más adelante, la madre se desmaya solo de ver a su hijo convertido en un insecto gigante. Gregor se pone nervioso y:

afligido por los remordimientos y la preocupación, comenzó a trepar, trepó por todas partes: paredes, muebles y techos, y finalmente, en su desesperación, cuando ya la habitación empezaba a dar vueltas a su alrededor, se desplomó en medio de la gran mesa.

Pasó un momento, Gregorio yacía allí extenuado, a su alrededor todo estaba tranquilo, quizá esto era una buena señal. Entonces sonó el timbre. La chica estaba, naturalmente, encerrada en su cocina y Grete tenía que ir a abrir. El padre había llegado.

-¿Qué ha ocurrido? -fueron sus primeras palabras.

El aspecto de Grete lo revelaba todo. Grete contestó con voz ahogada, si duda apretaba su rostro contra el pecho del padre:

-Madre se quedó inconsciente, pero ya está mejor. Gregorio ha escapado.

-Ya me lo esperaba -dijo el padre-, se los he dicho una y otra vez, pero ustedes, las mujeres, nunca hacen caso.

Gregorio se dio cuenta de que el padre había interpretado mal la escueta información de Greta y sospechaba que Gregorio había hecho uso de algún acto violento. […] En ese momento algo, lanzado sin fuerza, cayó junto a él, y echó a rodar por delante de él. Era una manzana; inmediatamente siguió otra; Gregorio se quedó inmóvil del susto; seguir corriendo era inútil, porque el padre había decidido bombardearle. Con la fruta procedente del frutero que estaba sobre el aparador se había llenado los bolsillos y lanzaba manzana tras manzana sin apuntar con exactitud, de momento. Estas pequeñas manzanas rojas rodaban por el suelo como electrificadas y chocaban unas con otras. Una manzana lanzada sin fuerza rozó la espalda de Gregorio, pero resbaló sin causarle daños. Sin embargo, otra que la siguió inmediatamente, se incrustó en la espalda de Gregorio; éste quería continuar arrastrándose, como si el increíble y sorprendente dolor pudiese aliviarse al cambiar de sitio; pero estaba como clavado y se estiraba, totalmente desconcertado.

Reproduccion de la primera hoja del manuscrito original

Reproduccion de la primera hoja del manuscrito original

¿Donde lo consigo?
Se puede encontrar en cualquier sitio. En español hay varias traducciones en Internet, aunque muchas de ellas de calidad bastante baja. Sugeriría de buscar el texto en algunas de las editoriales clásicas de literatura.

Mi última lectura del texto ha sido en el original alemán. La editorial Reclam ha publicado una buena edición, sencilla y correcta con una correcta explicación sobre la edición, una pequeña explicación del texto y una reproducción de la primera hoja del manuscrito del texto. ¿Qué más podemos pedir por dos euros?

¿Cómo de accesible es el texto para alguien que no es hablante de alemán materno? En primer lugar quiero decir que la literatura alemana tiene un lenguaje, léxico y estructuras que difieren notablemente de la lengua no literaria. A diferencia de la lengua literaria inglesa, que busca su estilo culto en las lenguas romances (el francés), el alemán literario hace uso de estructuras y léxico propio tradicional. Dentro de este campo complicado, Die Verwandlung, de Kafka, es uno de los mejores textos para un aprendiente. Es un texto corto, moderno y con pocos cambios de escenarios o personajes (por lo que el léxico varía poco).

Potpourri y la vida de Cambaceres

En la introducción de la edición de Cátedra de Sin rumbo, realizada por Claude Cymerman, se señala en la página 26, que Cambaceres (el nuestro, no el caricaturizado de su hermano) se negó a ser abogado por falta tanto de vocación como de necesidad de ingresos (debido a su situción económica privilegiada).

Cambaceres cuenta esta experiencia en los prólogos a otra de sus obra Potpourri. Silbidos de un vago, de 1882, una obra que levantó mucha polémica en Argentina por el retrato irónico de la vida burguesa.

Panteón de los Cambaceres, en el cementario de la Recoleta, en Buenos Aires. Fuente: "Sin Rumbo", edición de Cumerman.

Panteón de los Cambaceres, en el cementario de la Recoleta, en Buenos Aires. Fuente: «Sin Rumbo», edición de Cumerman.

El Proyecto biblioteca digital argentina contiene este texto, donde podemos leer la obra completa, incluidos los prólogos. De ellos extraigo varias citas que nos dan una pequeña muestra del humor, la vida y la irreverencia del autor:

Una mañana me desperté con humor aventurero y, teniendo hasta los tuétanos del sempiterno programa de mi vida: levantarme a las doce, almorzar a la una, errar como bola sin manija por la calle Florida, comer donde me agarrara la hora, echar un bésigue en el Club, largarme al teatro, etc., pensé que muy bien podía antojárseme cambiar de rumbos, inventar algo nuevo, lo primero que me cayera a la mano, con tal que sirviera de diversión a este prospecto embestiador, ocurriéndoseme entonces una barbaridad como otra cualquiera: contribuir, por mi parte, a enriquecer la literatura nacional.
Para que uno contribuya, por su parte, a enriquecer la literatura nacional, me dije, basta tener pluma, tinta, papel y no saber escribir el español; yo reúno discretamente todos estos requisitos, por consiguiente, nada se opone a que contribuya, por mi parte, a enriquecer la literatura nacional.
Francamente, le jeu n´en valait pas la chandelle.

El que crea encontrar en las páginas de este libro estudios serios, fruto de una labor asidua, debe, desde luego, cerrarlo sin más vuelta.
No quiero ni puedo hacer nada serio.
El más pequeño esfuerzo intelectual me postra.
Vivo por vivir, o mejor: vegeto.
Perdidas en medio de mis muchos defectos, tengo algunas buenas dotes. Poseo, por ejemplo, un fondo innegable de honradez; por eso es que nada prometo, desde que nada puedo dar.
Ya saben ustedes, pues, a que atenerse.

Mi excelente madre se empeñaba en hacer de mí un abogado.
Amándola con delirio, no me sentí con fuerzas bastantes a contrariar su voluntad, sagrada para mí, y estudié derecho.
Entendámonos.
Más que vida de estudio, fue la mía, vida de placeres y de holganza.
Mimado por mis padres, con dinero a discreción y el libre arbitrio más absoluto, frecuentaba los salones, teatros y paseos, mientras las Pandectas, las Partidas y los Cánones yacían en lastimoso y polvoriento olvido.
Esto duraba diez meses.
[…] La vergüenza de una posible reprobación hacíame reaccionar de tal manera que, durante los dos meses restantes, dedicaba ocho y hasta diez horas diarias al estudio, lo que me permitía presentarme a las pruebas finales y salir airoso de ellas.
Pero, ¡ay! ¡lo que así se gana, así se pierde! Dos meses antes del examen no sabía nada, pero dos meses después… tampoco.
[…]
Una mañana de invierno fría y gris como el spleen que me dominaba, me levanté resuelto a poner fin a mis males con un remedio brutal. Cerré con llave las puertas de mi estudio; pegué sobre ellas el letrero siguiente: «Cerrado por causa d’embêtement», y procedí, enseguida, a repartir mi clientela entre mis condiscípulos más pobres y más famélicos, como se reparte la carne del manso buey en las jaulas de fieras y aves de rapiña de los jardines de aclimatación.

El Mosquito, sátiras argentinas del siglo XIX

En el capítulo IV de la novela de este mes, Sin rumbo, se mencionan unas caricaturas:

A lo largo de la pared, clavadas con tachuelas, se veía una serie de caricaturas del Mosquito, regalo del mayoral de la galera: el General Sarmiento vestido de mariscal, el Doctor Avellaneda, enano sobre tacos de gigante, el Brigadier D. Bartolo Mitre, en la azotea de su casa, el doctor Tejedor, de mula, rompiendo a coces los platos de un almacén de loza, la sombra de Adolfo Alsina ¡llorando las miserias de la patria!.

 

El Mosquito

El Mosquito

El mosquito

El mosquito

Este Mosquito fue una revista cómica real publicada durante algunas décadas del siglo XIX en Argentina. Como se dice en la web Todo historietas:

En 1863 aparecería el periódico dominical «El Mosquito«, considerada como la primera revista con humor político nacional. En «El Mosquito», que se publicaría hasta el año 1893, serían populares los dibujos de Henri Stein y las caricaturas de Henri Meyer.

En el texto de Cambaceres se hace mención a Bartolo Mitre. En la web Tebeosfera se hace un análisis de algunos dibujos relacionados con él, quien fue el gobernador de Buenos Aires y Presidente de Argentina del 85 al 88.

Bortolo

Bortolo Mitre

Bartolo Mitre

Bartolo Mitre

Además tuvo un papel protagonista en la llamada Guerra de la triple alianza, en la que Brasil, Argentina y Uruguay se enfrentaron a Paraguay. Mitre aparece en la siguiente imagen en el centro, manteniendo a Paraguay a un lado (Francisco Solano López) y al otro Uruguay, Argentina y Brasil:

La Guerra de la Triple Alianza, en El mosquito

La Guerra de la Triple Alianza, en El mosquito

Pero aún más cercano a nuestro escritor, es la caricatura de Cambaceres. Lamentablemente no de Eugenio, autor de Sin rumbo, sino de su hermano, Antonio Cambaceres:

Antonio Cambaceres, en El mosquito

Antonio Cambaceres, en El mosquito

La imagen que vemos es un calendario satírico que dice lo que no se verá el año siguiente. Y dice:

Lo que no se verá en 1880: A. Cambaceres deja de ocuparse de ferrocarriles

Efectivamente, el hermano mayor de nuestro escritor era director de Ferrocarril del Oeste, en Buenos Aires.

Aquí van algunas viñetas:

Cubierta de El Mosquito

Cubierta de El Mosquito

 

Cubierta de El mosquito

Cubierta de El mosquito

 

 Fuentes:

Sin rumbo, Eugenio Cambaceres

Información básica:

Eugenio Cambaceres

Eugenio Cambaceres

Novela de finales del siglo XIX, escrita por el argentino Eugenio Cambaceres.

¿De qué habla?
Andrés es el protagonista de la novela, un joven que reparte su tiempo entre sus posesiones de terrateniente y su vida de play boy en el Buenos Aires decimonónico. Él refleja las nuevas tendencias filosóficas y estéticas, el tedio burgués, las escenas de escándolos burgueses y del interior de Argentina…

¿Lo mejor?

En comparación con lo que se estaba escribiendo en inglés, francés, alemán o ruso, la literatura decimonónica en español resulta más que cauta cuando no reaccionaria o defensora del catolicismo. Desde luego la novela de Cambaceres no es revolucionaria, pero apunta unas nuevas maneras y corrientes que rompen con la tradición hasta ese momento. Puede contarse entre los iniciadores de la mejor literatura latinoamericana, que décadas después acaparía la atención y la calidad artística de la que la Península parece agotarse.

¿Lo más difícil?
Dependiendo de la variante del español que hablemos, parte del vocabulario puede resultar complicado de entender. Por esto recomiendo vivamente una buena edición anotada. Especialmente difícil de descifrar son las conversaciones entre trabajadores de la hacienda.

¿Me lees un trozo?

Empezamos por una descripción de la hacienda del protagonista y de él, Andres:

Las perdices silbaban su canto triste, melancólico. Los jilgueros y benteveos, cansados, se ganaban a hacer noche en la espesura del monte, los teros, de a dos, bichaban cuidando el nido y, azorados ante el vuelo de un chimango o la proximidad de un hombre cruzando el campo, se alzaban en volidos cortos, se asentaban ahí no más, corrían, se paraban, se agachaban y, aleteando, soltaban su grito autero.
[…]
En el balcón abierto de su cuarto, al naciente, largo a largo tendido sobre un sillón de hamaca, alto, rubio, la frente fugitiva, surcada por un profundo pliegue vertical en medio de las cejas, los ojos azules, dulces, pegajosos, de esos que es imposible mirar sin sufrir la atracción misteriosa y profunda de sus pupilas, la barba redonda y larga, poblada ya de pelo blanco no obstante haber pasado apenas el promedio de la vida, estaba un hombre: Andrés.

Aquí va otro segmento, que cierra un capítulo en el que en su ciudad proponen a Andrés para que dirija una comisión para construir una nueva iglesia y escuela. Esta es su respuesta:

-¿Me van ustedes a permitir señores, que les dé sencillamente un consejo? -dijo Andrés con un gesto de impaciencia disimulado apenas en la corrección y cultura de sus modales.
-Sí señor, hable, hable don Andrés.
-Déjense de perder su tiempo en Iglesias, y en escuelas; es plata tirada a la calle. Dios no es nadie; la ciencia un cáncer para el alma. Saber es sufrir; ignorar, comer, dormir y no pensar, la solución exacta del problema, la única dicha de vivir. En vez de estar pensando en hacer de cada muchacho un hombre, hagan un bestia… no pueden prestar a la humanidad mayor servicio.
Luego, como aligerado del peso de la carga de bilis que acababa de arrojar, impasible sacó el reloj.
-Las cuatro de la tarde y ocho leguas de camino por delante. ¡Señores, queden ustedes con Dios!

Sin rumbo, de Eugenio Cambaceres

Sin rumbo, de Eugenio Cambaceres

Aquí va un texto que recoge bastante bien el pensamiento del protagonista:

Nada en el mundo le halagaba ya, le sonreía, decididamente nada lo vinculaba a la tierra. Ni ambición, ni poder, ni gloria, ni hogar, ni amor, nada le importaba, nada quería, nada poseía, nada sentía.
En su ardor, en su loco afán por apurar los goces terrenales, todos los secretos resortes de su ser se habían gastado como se gasta una máquina que tiene de continuo sus fuegos encendidos.
Desalentado, rendido, postrado andaba al azar, sin rumbo, en la noche negra y helada de su vida…

La última, una pequeña escena erótica:

Medio desnuda ya, Andrés la abrazó del talle y la alzó.
Sin violencia la prima donna se dejó arrastrar hasta la alcoba. Los dos rodaron sobre la cama.
El seguía despojándola del estorbo de sus ropas. Ella ahora le ayudaba. Enardecida, inflamada, febriciente, arrojaba lejos al suelo la bata, la pollera, el corsé, se bajaba las enaguas.
Era un fuego.

¿Donde lo consigo?

Recomiendo que sea lea en edición en papel, anotada, por las dificultades léxicas que ya he comentado. Por ejemplo, la edición de Cátedra de Claude Cymerman. En Internet hay algunas ediciones electrónicas, como la del Proyecto Biblioteca Digital Argentina, donde se puede leer en pantalla (aunque no se puede descargar como libro electrónico, tristemente).